Por Stephania Santoyo
Tocar un instrumento no te salva, pero aliviana. School of Rock abrió en la Del Valle y trae un modelo que no se aprende en libros: se aprende en banda, en vivo, y con el volumen bien arriba.
En un mundo donde las emociones son efímeras y es común hallar jóvenes que se sienten un poco perdidos entre los mundos virtuales y el real, School of Rock propone algo simple, pero infalible: subir el volumen de la vida formando una banda para buscar así encontrar un lugar, tu lugar.
Con más de 400 escuelas en 17 países, esta comunidad musical ha demostrado que aprender a tocar un instrumento no solo desarrolla memoria y disciplina, también puede prevenir el abandono escolar y reconstruir eso que llaman tejido social. Su método no es el clásico de clases aburridas: aquí las infancias y adolescencias forman bandas reales, tocan en vivo y aprenden de músicos con trayectoria.
La nueva sede en la colonia Del Valle, en CDMX, se une al circuito con cinco salones de ensamble, nueve aulas individuales y un entorno diseñado para estimular creatividad, colaboración y confianza. Todo en un espacio seguro e inclusivo, donde niños, adolescentes (y también adultos) pueden crecer tocando de verdad.
Durante la inauguración, Fermín IV (Control Machete) y Fear (guitarrista de Allison) celebraron el impacto del modelo: más que enseñar técnica, se trata de formar comunidad, identidad y carácter. School of Rock ya tiene cinco sedes activas en México: Polanco, Interlomas, Pedregal, San Pedro Garza García y ahora Del Valle. Y sigue creciendo, porque donde hay una guitarra y ganas de sonar, siempre hay posibilidad de cambio. ¿Le darías una oportunidad a tu rockstar interior?